Desde temprana edad Farid Naffah ha realizado actividad física, inició como velocista en la selección del colegio en los 100 metros planos, uno de los deportes más exigentes que ha llevado a cabo. Después del atletismo aficionado llegaron deportes como el tenis, el patinaje extremo (en modalidad de “vert” y “street”) y el bicicrós. De todo aquello lo que más lo apasionaba era esa sensación que le producía romper sus propias marcas, desde entonces, nada ha podido detenerlo, ni siquiera una lesión de tobillo, la cual lo tuvo alejado durante más de dos años de cualquier tipo de actividad deportiva.
 
Fue dicho obstáculo el que lo condujo hasta el gimnasio, lugar en el que desarrollaba las fisioterapias recetadas para su recuperación y en el que entendió que su recorrido por el mundo deportivo le facilitaría asimilar esa nueva actividad física de una forma natural.
 
Farid se considera un deportista imparable, razón por lo que siempre ha tratado de llevar una vida saludable, por esto, llevar una vida activa y una sana alimentación no es un sacrificio, sino su recompensa diaria.